sábado, 15 de diciembre de 2012

Las habilidades más sorprendentes del reino animal


Mariposas nocturnas. Para estas polillas, el término "el amor flota en el aire", es una frase que se puede tomar literalmente. Estos insectos logran detectar señales de amor, denominadas feromonas y que son emitidas por el sexo opuesto desde una distancia de hasta 10 kilómetros. Estudios han demostrado que los humanos también, consiguen percibir las feromonas, sin embargo, se tiene que estar cerca de la persona.

Murciélagos. Estos animales se esconden en cuevas oscuras, son excelentes cazadores nocturnos, capaces de evitar cualquier obstáculo gracias a que emiten sonidos ultrasónicos e interpretan el eco de las ondas que rebotan en los objetos que tienen a su alrededor. Este sonar biológico, llamado "eco-ubicación", también es utilizado por los delfines para navegar en aguas oscuras o turbias.


Colibrí. Estos pajaritos nacen con talentos diversos. En primer lugar, tiene la capacidad de flotar en el aire. Sus alas son tan ágiles que la mayoría de ellos pueden ir  muy rápido. Además, tienen la capacidad para percibir los colores que están fuera del rango visible de los seres humanos.


Aves migratorias. Muchos pájaros, en especial los migratorios, pueden usar el campo magnético de la Tierra para mantenerse en curso durante sus largos vuelos. Los científicos aún no están seguros de cómo lo hace, pero un estudio reciente sugiere que las aves podrían tener una especie de sinestesia que les permite "ver" las líneas magnéticas del planeta como patrones de color o luz que se sobreponen sobre sus alrededores visuales.


Gatos. Tienen una membrana tipo espejo en la parte trasera de sus ojos lo que les permite cazar y moverse en una oscuridad casi total. Denominado "tapetum lucidum", la membrana refleja la luz después de que ésta ha viajado a través de la retina, dándole a los ojos otra oportunidad de atrapar los fotones a medida que realizan su segundo paso.


Tiburones.  Los tiburones tienen celdas especiales en su cerebro que son sensitivas a los campos eléctricos generados por otras criaturas. Esta habilidad está tan refinada en algunos tiburones que pueden capturar presas aún escondiéndose bajo la arena, con detectar las débiles señales eléctricas que emiten sus músculos en tensión.


Serpientes. Cuando vemos que una serpiente se arrastra y saca la lengua nos puede parecer algo extraño, sin embargo, esta es la manera en cómo olfatea sus alrededores.  Una serpiente utiliza su lengua para recolectar partículas que ondean en el aire. La cubierta de la lengua es introducida en unas cavidades especiales en la parte superior de la boca de la serpiente, denominadas "órganos de Jacobson". Ahí, los olores son procesados y transformados en señales eléctricas que son enviadas al cerebro.


Pez tambor. Algunos peces como este "escuchan", utilizando sus bolsas de aire. Estas vejigas detectan las vibraciones del sonido y las retransmiten al oído interior por medio de un sistema de huesos ubicados en el oído medio, denominado el "aparato weberiano". Las celdas pilosas en el oído interno responden a las vibraciones y transmiten la información del sonido al cerebro del pez.


Boas.  Los órganos sensibles a la temperatura localizados entre los ojos y la nariz de las boas, les permite "sentir" el calor corporal de sus presas. Existe uno colocado a cada lado de la cabeza de la serpiente, de modo que pueden percibir la profundidad y atacar con una exactitud mortal aún en la más completa oscuridad.

Ratones. La mayoría de estos roedores tienen una visión pobre, pero se las ingenian por medio de sus bigotes. Utilizan estos largos pelos, también llamados detectores, de la misma manera que los ciegos emplean sus bastones. Mediante el tocamiento de estos pelos por encima de los objetos sobre los que van pasando, los roedores se forman imágenes mentales de sus alrededores.




lunes, 3 de diciembre de 2012

¿Cuál es la migración animal más larga del mundo?


El charrán ártico o golondrina de mar (Sterna paradisaea) se desplaza más de 70.000 kilómetrosen su migración anual de polo a polo, el equivalente de tres viajes de ida y vuelta a la luna durante toda su vida. Esto convierte su migración en la más larga del mundo animal, según un estudio de la "British Antarctic Survey" publicado recientemente en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

Para llegar a esta conclusión, los autores siguieron los movimientos migratorios de una decena de ejemplares de esta ave marina con ayuda de un geolocalizador en miniatura de 1,4 gramos de peso. De este modo comprobaron que algunas eran capaces de recorrer cerca de 80.000 kilómetros anuales en su viaje de ida y vuelta desde el Ártico hasta la Antártida. Además, observaron que, durante el viaje que realizan dichas aves marinas del Norte al Sur, descansan durante un mes en un área del Atlántico Norte y luego, siguiendo caminos paralelos, se dividen en grupos. Algunas recorren las costas de América del Sur y otras las del continente africano.